sábado, julio 14, 2007

La otra cara del mundo.

(Tiempo de lectura: 2min)


Hace unos días un amigo consiguió una beca de ICEX (Instituto de comercio exterior) para trabajar en Embajadas de nuestro país en otro estado. Pues bien, el destino fue Riad, en Arabia Saudí. Rápidamente yo le dije; -Joer macho, de la hostia ¿no? Allí con los jeques, los hoteles de mil estrellas y los mayores lujos del mundo. Entonces en la terraza de la cafetería de la universidad junto a otro colega musulmán tuvimos una jornada esclarecedora.

Empecemos por el principio, nos encontramos a mediados del siglo XVIII, Muhammad bin Saud se propone crear un estado dónde impere una religión islámica con carácter sectario llamada Wahabismo, como podéis ver, el nombre del estado está derivado del nombre de los regentes; una característica en cierto modo sospechosa. Pues bien, tras siglo y medio de guerra con Egipto la familia Saud consigue el control de Riad y de gran parte de la península Arábiga y establece el gobierno autoritario del que disfrutan ahora.

En Arabia Saudí está La Meca, como algunos sabréis, sitio al cual si les es posible, los musulmanes han de ir una vez en la vida, algo que hace que el país esté estrechamente ligado a la religión y que su población se sienta privilegiada de vivir en el lugar dónde vive.

En 1940 descubren bolsas de petróleo debajo del árido suelo de la región y la población de la capital Riad pasa de 30.000 habitantes a los 5.000.000 que son ahora. Riad es una ciudad nueva, con instalaciones increíbles y dónde la gente tiene dinero a raudales. Pero no os confundáis como hice yo. No es Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí es uno de los países dónde más fuerte está arraigado el extremismo islámico. Pro que no os engañen las fotos de arriba, la realidad es distinta y algunos ejemplos que cuentan los expatriados de cuerpo diplomático que están allí son los siguientes.

Lo primero la zona de expatriados, esta zona es dónde los trabajadores provenientes de países occidentales viven, está totalmente cercada y con controles de acceso y de inspección en la puerta. Es el único recinto dónde la gente que proviene de sociedades abiertas puede hacer vida normal, una vez fuera hemos de acatar sus reglas.

No llevar pantalón corto en una zona dónde en estos momentos se superan los 40ºC, no poder ir con una mujer si no es familiar directo tuyo o tu mujer o la prohibición estricta del beber alcohol con el riesgo de ser deportado si no se cumplen las normas. Las mujeres llevan burka y disponen de zonas divididas en restaurantes para levantárselo y poder comer, aunque no seas musulmán, en época de ramadán no puedes comer delante de ellos durante el día…

Éstos son algunos ejemplos de cómo viven por allí y algunos diréis… ¿no hacen nada? Ellos no conocen otra cosa, Internet está filtrado y los canales son locales y por supuesto controlados por el gobierno, que goza de unos privilegios increíbles,… esa doble moral tan común… impongo una vida austera a mi pueblo como manda mi religión y yo cada verano me voy a Marbella a dejarme cientos de millones de euros cada día… que bien se vive bajo la palabra del Corán.

Debido a la mala suerte, a veces trabajadores han de ir allí, y es una experiencia increíble descubrir esa sociedad, que no cultura, que vive de esa manera con el nivel de globalización de que gozamos. En el otro lado del mundo, países como Estados Unidos, que abogan por sociedades libres de autoritarismo y que ejercen su autoproclamado derecho a ser los policías del mundo intentan convencernos de que allí se vive muy bien y que son países de corte occidental. Que engañados nos tienen,… en fin, espero que esto sirva al menos para abrir los ojos como se me abrieron a mí hace unos días.

Un Saludo.